Las autoridades locales de la región de Yuang, en la provincia china de Jiangxi, están presionando a cristianos chinos para que retiren del interior de sus casas la cruz y el cuadro de Jesús y que los sustituyan por la imagen del Presidente de la República Popular China, Xi Jinping.
Según informa el periódico South China Morning Post el objetivo de estas presiones es "convertir a los creyentes de la religión, en creyentes del Partido Comunista". Para lograrlo, amenazan con retirar las ayudas económicas a las familias que no obedezcan.
Este chantaje está teniendo un impacto fuerte entre la población cristiana de la zona, un 10%, ya que se trata de una región rural en la que la población vive en situación de pobreza: el 11% de su millón de habitantes vive bajo el umbral de pobreza.