Esta indulgencia puede obtenerse siguiendo las condiciones normales de confesión, comunión, oración por el Papa, además de una acción específica propuesta por la Iglesia, que administra la concesión de las indulgencias a través de la Penitenciaría Apostólica.
Sobre las indulgencias en esta emergencia sanitaria, el Cardenal explicó que "la Iglesia reza por quien se encuentra en la imposibilidad de recibir el sacramento de la Unción de los Enfermos y el viático, confiando a la misericordia divina a todos y a cada uno en razón de la comunión de los santos y concede al fiel la indulgencia plenaria antes de morir, siempre que esté debidamente dispuesto y haya recitado habitualmente durante su vida cualquier oración. (En este caso la Iglesia suple las tres condiciones habituales)".
El Penitenciario Mayor indicó que también "se concede la indulgencia plenaria a los fieles afectados por el coronavirus, en régimen de cuarentena por disposición de la autoridad sanitaria en los hospitales y en las propias habitaciones si, con el ánimo desapegado de cualquier pecado, se une espiritualmente a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa o la divina liturgia, al rezo del Santo Rosario, o del himno Akàthistos a la Madre de Dios, a la piadosa práctica del Vía Crucis", entre otras oraciones.
También pueden obtener la indulgencia plenaria aquellos fieles afectados por el coronavirus "si al menos recitan el Credo, el Padre Nuestro o alguna invocación a la Virgen María, ofreciendo esta prueba en espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de realizar las condiciones habituales –confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre– apenas sea posible".