El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, en su condición de Gran Canciller de la Universidad Pontificia de México (UPM) fue testigo de la toma de posesión del rectorado de esta casa de estudios por parte del Padre Mario Ángel Flores Ramos.

En el evento, realizado en el Distrito Federal, el nuevo rector emitió su profesión de fe, en la que se compromete a “conservar la ortodoxia y doctrina católica para preservar el futuro de la institución educativa”.

Esta toma de posesión, en la que el nuevo rector mexicano ha emitido sus compromisos para defender la fe católica, contrasta con la postura del rector de la ex PUCP en Perú, Marcial Rubio Correa, quien junto a las demás autoridades de la universidad se niega a acatar el decreto de la Santa Sede que le prohíbe el uso de los títulos de “Pontificia” y “Católica” por mandato del Papa Benedicto XVI.

Rubio y su vicerrectora, Pepi Patrón, lideran además una campaña de ataques y desinformación contra la Iglesia Católica, en la que esta última ha llegado a decir que “tendrán que usar la violencia para sacarnos”. Estas actitudes han sido deploradas por la Conferencia Episcopal Peruana que además ha instado a la ex PUCP a acatar lo dispuesto por el Vaticano.

La profesión de fe del nuevo rector de la Universidad Pontificia de México, nombramiento confirmado por la Congregación para la Educación Católica en el Vaticano, fue atestiguada el 16 de agosto por el Cardenal Rivera y por Mons. Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlanepantla y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Según señala la nota del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), en el evento estuvieron siete obispos mexicanos, 150 sacerdotes y unos 50 miembros del cuerpo académico de la UPM, en el que también se celebró la reapertura de la casa de estudios.

Antes del acto académico de la toma de posesión del rector Padre Flores Ramos en el que éste recibió los símbolos de su autoridad de su predecesor, el Padre Alfredo Próspero Vargas, un nutrido grupo de fieles y miembros del cuerpo académico participaron en una Misa en la Basílica de la Virgen de Guadalupe.

En la Eucaristía el Cardenal Rivera recordó que en los últimos meses la UMP “obtuvo el reconocimiento pontificio de la Santa Sede que valida la historicidad y universalidad de la institución como universidad católica”.

El Purpurado animó además a “renovar esperanzas para relanzar el papel educativo de la Universidad Pontifica de México a un plano nacional e internacional. También agradeció los trabajos del rector saliente y encomendó a Dios los proyectos que enfrentará el P. Flores Ramos en los años por venir”.

Finalmente, ante una abarrotada Basílica de Guadalupe, el P. Flores Ramos agradeció la presencia del Episcopado Mexicano, de los sacerdotes y religiosas, así como de los alumnos y profesores de la UPM y encomendó su rectorado a la protección de la Virgen María.