La pandemia de coronavirus y las medidas destinadas a evitar su propagación golpeó con dureza a la población refugiada en diferentes países del mundo. En Turquía, país que acoge a cientos de miles de refugiados sirios e iraquíes, un grupo de cristianas iraquíes refugiadas en la ciudad de Kirsehir, en Anatolia Central, han encontrado un desahogo gracias a las Misioneras Combonianas.
La hermana Expedita Pérez, misionera española que llegó recientemente a Turquía después de una larga etapa en Sudán y en Egipto, explica a ACI Prensa que están poniendo en marcha un proyecto formativo para ayudar a estos refugiados.
Dentro de ese proyecto, han emprendido una serie de salidas con grupos de mujeres y de niños a las cuevas de la Capadocia, donde se instalaron algunas de las primeras comunidades cristianas.