El Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Antonio María Rouco Varela, ha lamentado la "persistencia" del paro, de la falta de atención a inmigrantes, de la ausencia de protección a la familia y de una calidad de la enseñanza que "deja que desear" y ha reclamado la "reforma urgente" de la ley del aborto y del matrimonio homosexual. Además, ha indicado que los pasos dados en estos meses hacia la resolución de estos "graves" problemas resultan "todavía insuficientes".

"Persiste la crisis económica con su cortejo de paro -especialmente de desempleo juvenil- y de falta de medios para hacer frente a los compromisos contraídos en la adquisición de viviendas o a la debida atención a los ancianos y a los emigrantes. Persiste la desprotección legal del derecho a la vida de los que van a nacer y persiste una legislación sobre el matrimonio gravemente injusta. Persiste la ausencia de protección adecuada para la familia y la natalidad, en especial, para las familias numerosas. La calidad de la enseñanza sigue dejando mucho que se desear, siendo así que de ella depende en tan gran medida el futuro de la sociedad", ha subrayado.

Particularmente, ha indicado que "no es fácil entender que todavía no se cuente ni siquiera con un anteproyecto de Ley que permita una protección eficaz del derecho a la vida de aquellos seres humanos inocentes que no por hallarse en las primeros estadios de su existencia dejan de gozar de ese básico derecho fundamental".

"Durante los años de vigencia de la actual legislación, que se basa en el absurdo ético y jurídico de que existe un derecho de alguien a quitarles la vida a los seres humanos que van a nacer, en contra de lo que falazmente se había afirmado, el número de abortos ha seguido creciendo hasta alcanzar cifras escalofriantes", ha recordado.

Por ello, considera "urgente la reforma en profundidad de la legislación vigente". "Se ha de poner coto cuanto antes a este sangrante problema social de primer orden. No solo con medidas jurídicas proporcionadas a los bienes que se hallan en juego, sino también mediante la protección de la maternidad y el fomento de la natalidad", ha añadido.

"¡España envejece y se debilita!", ha alertado. No obstante, ha señalado que, aunque no fuera así, "una conciencia moral y cívica madura no puede permanecer impasible ante la conculcación legalmente amparada del derecho a la vida de un solo ser humano".

Asimismo, considera "urgente la reforma de la legislación sobre el matrimonio", no para "privar a nadie de sus derechos" sino para recuperar una definición que no ignore la "especificidad" del matrimonio entre hombre y mujer.

"No se trata de privar a nadie de sus derechos, ni tampoco de ninguna invasión legal del ámbito de las opciones íntimas personales. Se trata de restituir a todos los españoles el derecho de ser expresamente reconocidos por la ley como esposo o esposa; se trata de recuperar una definición legal de matrimonio que no ignore la especificidad de una de las instituciones más decisivas para la vida social; se trata de proteger adecuadamente un derecho tan básico de los niños como es el de tener una clara relación de filiación con un padre y una madre, o el de ser educados con seguridad jurídica como posibles futuros esposas o esposos", ha explicado.