Pero en el contexto católico de Estados Unidos, se dan más de 300 veces más muertes cada año a causa del aborto que del hambre. Por eso el aborto y otros temas sobre la "santidad de la vida" tienen tanta importancia en mi país.
¿Cómo están viviendo en su experiencia pastoral en Filadelfia la enseñanza de Francisco sobre la necesidad de ir a las periferias geográficas y existenciales?
El Papa Francisco habla sobre estos temas de manera fresca y ganadora, libre de miedos, lo que ayuda a los católicos a ver el mundo con nuevos ojos, pero el mensaje básico no es nuevo, es el mismo Evangelio predicado por todos sus predecesores. Durante 200 años la Iglesia en Filadelfia ha estado sirviendo a los pobres de muchísimas formas diferentes –educación, nutrición, servicio a los mendigos, los ancianos, los discapacitados– y estos ministerios han transformado, para bien, cientos de miles de vidas. Sé que siempre podemos hacer mejor la obra del Evangelio y por ello necesitamos examinar constantemente nuestras acciones para asegurar que nunca enfriemos nuestro celo o nuestra efectividad.
La justicia con la inmigración es especialmente importante para los millones de inmigrantes indocumentados e invisibles en mi país y muchos de ellos son católicos. Si bien necesitamos trabajar más duro para servir a las necesidades de los marginados, también necesitamos tomar nuevas fuerzas del buen trabajo que ya hemos realizado.
La Iglesia en Filadelfia ha llegado a la gente marginada desde hace buen tiempo. Nuestra gente tiene un corazón generoso y eso no va a cambiar.
Creo que el Santo Padre verá eso cuando nos visite. Y sé que será recibido cálidamente y será muy querido por la Iglesia y la ciudad que lo acogerá aquí.