"La conversión a Dios es integral, toma la totalidad de la vida, y llega también, como consecuencia, al modo cómo tratamos lo creado y cómo nos tratamos entre nosotros", agregó.
El Papa Francisco ha invitado "a que nuestra conversión, nuestra espiritualidad cristiana llegue a ser totalizante, llegando a sanar las relaciones con las demás creaturas y con el mundo que las rodea y provoque esa fraternidad con todo lo creado; todo esto como fruto de la luz y de la fuerza de la gracia recibida", recordó.
"Para el corazón creyente todo nos habla de Dios. Esta mirada que nace de la fe encuentra su fuente y su cumbre en la Eucaristía que une el cielo y la tierra, abraza y penetra todo lo creado", manifestó el Prelado.
"Por Cristo presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. La Eucaristía nos anticipa la eternidad, el cielo nuevo y la tierra nueva hacia la que marchamos. El más allá se gana en el más acá, viviendo conforme al designio de Dios".