"Me uno a la jornada nacional de oración por todos los enfermos del país y del mundo en este tiempo de pandemia. No solo me uno con la oración por ellos, sino también junto con ellos y desde ellos, pues comparto los mismos sufrimientos de la enfermedad y el dolor, así como la preocupación de familiares y amigos por nuestra salud", dijo el también Arzobispo de Villavicencio.
"Un cristiano cuando ora no está solo porque somos una familia y cuando dos o tres nos reunimos a orar, allí está el Señor. Él ha cargado con todas nuestras enfermedades y su primera preocupación fueron los enfermos, a quiénes acogió, consoló, acompañó y liberó, no solo de su enfermedad, sino de la muerte eterna. Por eso, queridas y queridos enfermos, ¡ánimo!", continuó.
Mons. Urbina recordó que Cristo acogió siempre a los enfermos con ternura y se hace presente "a través del corazón y las manos del personal de la salud, nuestros familiares y todos los que oran por nosotros".