9 de febrero de 2014 / 10:42 AM
En la reflexión sobre el Evangelio dominical que compartió en el rezo del Angelus dominical, el Papa Francisco pidió a los creyentes ser portadores de la luz de Dios y no ser cristianos solamente de nombre.
"El cristiano debería ser una persona luminosa, que lleva la luz, ¡siempre da luz! Una luz que no es suya, pero es el regalo de Dios, es el regalo de Jesús. Y nosotros llevamos esta luz adelante. Si el cristiano apaga esta luz, su vida no tiene sentido: es un cristiano de nombre solamente, que no lleva luz, una vida sin sentido", afirmó el Pontífice ante miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
El Papa recordó que los discípulos "eran pescadores, gente simple… Pero Jesús los mira con los ojos de Dios, y precisamente su afirmación se entiende como una consecuencia de las Bienaventuranzas. Él quiere decir: si serán pobres de espíritu, si serán dóciles, si serán puros de corazón, si serán misericordiosos… ¡serán la sal de la tierra y la luz del mundo!"