Al celebrar esta mañana en la Basílica de San Pedro la Misa inaugural del Sínodo de los Obispos para Medio Oriente, el Papa Benedicto XVI señaló la importancia de los católicos en esta región y destacó que la salvación, don de Dios, es para todos y para acceder a ella es necesario seguir el camino de Cristo y la Iglesia Católica.
En la Eucaristía que concelebró junto a 177 padres sinodales y 69 sacerdotes colaboradores en este Sínodo que se realizará hasta el 24 de octubre, el Santo Padre agradeció a Dios la oportunidad de comenzar este histórico evento ante la tumba del Apóstol San Pedro, "pese a las distintas circunstancias con frecuencia difíciles y tormentosas" de Medio Oriente.
Tras saludar a los obispos católicos orientales presentes, el Papa se refirió al Evangelio de hoy sobre el único de los diez leprosos, que una vez curado vuelve a dar gracias por haber sido sanado: "es curado en el cuerpo y así se abre a la fe, y ésta le cura el alma, es decir lo salva".