Tras su salida del cargo en Nueva York, el Arzobispo Chullikatt pasó casi dos años sin un puesto de servicio en la Iglesia. Fue designado como Nuncio en Kazakstán en junio de 2016.
Un exmiembro de la misión pontificia en Nueva York dijo a CNA que Chullikatt "no merece estar en ningún lugar".
Para McKeegan, "Roma siguió un patrón muy específico en el caso del Arzobispo Chullikatt. Aunque daba la impresión (nunca directamente sino a través de algunos canales y rumores) al denunciante o al acusador de que Roma se estaba haciendo cargo del problema, el Vaticano maniobraba para proteger a otro alto funcionario que había 'jugado bien' con los líderes corruptos de la Iglesia".
"Al Arzobispo Chullikatt se le dio calladamente un sabático. Este periodo no fue usado por Roma para investigar bien las serias acusaciones en su contra, de las cuales mi carta era solo una parte; sino que esperaron para que los acusadores como yo se rindieran por la frustración", dijo McKeegan.
Uno de los sacerdotes que dialogó con CNA explicó que "existe un poderoso incentivo para mantener un problema como Chullikatt bajo la mesa. Al hablar no solo no se toca a un hombre sino a todo un grupo que lo ha encubierto, y a aquellos que él mismo ha encubierto".
La Oficina de Prensa del Vaticano recibió las preguntas de CNA sobre las acusaciones contra Chullikatt, pero no respondió al cierre de esta edición.
Pese a varios intentos, el Arzobispo Chullikatt no pudo ser ubicado.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA