Al conmemorarse un año de su visita a la isla siciliana de Lampedusa (Italia), el Papa Francisco remitió un mensaje al Arzobispo de Agrigento, Mons. Francesco Montenegro, en el que expresó su cercanía espiritual ante el dolor por las muertes y sufrimiento que continúan padeciendo los migrantes, al tiempo que alentó a las autoridades a ser valientes y generosas con los refugiados.
El Santo Padre visitó el 8 de julio de 2013 la isla de Lampedusa, puerta de entrada para los migrantes africanos que llegan a Europa. Sin embargo, muchos mueren náufragos en el mar.
Francisco señaló que "el aniversario de mi visita a la isla de Lampedusa evoca en mi corazón sentimientos de gratitud al Señor por haberme dado la oportunidad de ir a esa orilla de tierra siciliana a rezar por las demasiadas víctimas de los naufragios; cumplir un gesto de cercanía a los inmigrantes que buscan una vida mejor y a despertar la atención hacia sus dramas; expresando gratitud a los habitantes de Lampedusa y de Linosa comprometidos en una encomiable obra de solidaridad, sostenidos por asociaciones, voluntarios y fuerzas de seguridad".