Según el P. Spitzer, cuando una hostia parece haberse transformado físicamente en tejido humano real, el equipo científico debe incluir a un especialista en detección de electrones o un analista de imágenes por computadora, así como la evaluación de un histólogo, un patólogo y un experto en ADN. También se debe realizar un análisis microbiológico.
"Si se estandarizara un procedimiento [para investigaciones científicas] en todo el mundo, sería genial. El problema es -y es el mismo problema que se tiene para certificar los milagros de los santos- que es la diócesis donde ocurrió el milagro la que convoca al panel científico para el análisis", explicó.
Las diócesis en diferentes partes del mundo no siguen un camino uniforme para investigar científicamente los milagros, explicó el P. Spitzer.
Tanto Trasancos como el sacerdote jesuita coincidieron en que esta situación podría remediarse si el Vaticano decidiera especificar los procedimientos de análisis estándar que deben llevarse a cabo cuando se investigan supuestos milagros eucarísticos.