No podría reconocerlos mejor que ofreciéndote todos los actos de adoración, resignación, paciencia y amor que este mismo Corazón hizo durante su vida mortal, y que todavía hace y hará eternamente en el cielo, para amarte, alabarte y adorarte dignamente por sí mismo tanto como me sea posible.
Me uno a esta ofrenda divina que haces a tu Padre; y te consagro todo mi ser, pidiéndote que destruyas en mí el pecado y no permitas que me separe eternamente de ti".
Abel Camasca
Periodista egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima. Parte del equipo periodístico de ACI Prensa desde 2014. Entre 2016 y 2022 estuve a cargo de la producción del programa televisivo EWTN Noticias y de Más que Noticias, programa de Radio Católica Mundial. Suelo escribir artículos sobre las vidas de los santos.