La tarea de los misioneros, afirmó, es "anunciar que Cristo está vivo y ha resucitado, decirle a los demás: no tengas miedo, el Señor nos habla, escucha y nos ofrece un pan que no perece, un Pan de Vida".
En la Diócesis de Coroico, la catedral de San Pedro y San Pablo se llenó de alegría y colorido con dibujos de los niños.