En cercanías del verano, en Argentina comienza a aumentar la cifra de parejas que deciden realizar su matrimonio y celebrarlo con una fiesta junto a familiares y amigos.
Sin embargo, existe un factor imprevisible que suele tener a los novios en vilo hasta último momento: el clima de tan esperado día.
Aunque hay una creencia antigua que asegura que casarse con lluvia es sinónimo de bendición, muchos prefieren no arriesgarse, sobre todo quienes eligen celebrar al aire libre.