Ante el anuncio del Gobierno de una nueva reforma de la Ley de Reproducción que permitiría la manipulación genética de embriones humanos y la creación del “bebé medicamento”, los Obispos españoles exigieron que la ciencia esté al servicio de la vida humana.
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), P. Juan Antonio Martínez Camino, presentó el documento “Por una ciencia al servicio de la vida humana" en el que los obispos denunciaron la "injusticia fundamental" de tratar a los seres humanos incipientes como si fueran objetos o animales que se pueden “producir, manipular o incluso comercializar”, usando técnicas en las que la lógica de la eficacia productiva prima fácilmente sobre el respeto a la dignidad humana.
El documento del Comité Ejecutivo de la CEE señaló que “ciertas novedades llamativas, más espectaculares que realmente curativas, pueden hacer olvidar algo de vital importancia: que las personas no deben ser producidas o reproducidas en los laboratorios, sino procreadas en la unión interpersonal de los esposos”.