En esta línea, el Pontífice lanzó un llamado "a los responsables políticos para que examinen seriamente su conciencia ante Dios, que es el Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no solo de algunos, que quiere que seamos hermanos y no enemigos".
"Rezo para que todas las partes implicadas se abstengan de llevar a cabo cualquier acción que pueda causar aún más sufrimiento a la población, desestabilizando la convivencia entre naciones y desprestigiando el derecho internacional", señaló entonces el Santo Padre.
Además, el Papa Francisco realizó un llamado "a todos, creyentes y no creyentes" porque "Jesús nos enseñó que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno".
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