Al concluir las 14 estaciones del Via Crucis que siguió desde su sede en el Coliseo romano la noche del Viernes Santo, el Papa Juan Pablo II señaló que la muerte de Cristo en la cruz demuestra el amor de Dios, “más fuerte que la muerte”.
“Como todos los años, recorremos ante el Coliseo romano el Via Crucis de Cristo y participamos en aquella ‘hora’ en la que se cumplió la hora de la Redención,” dijo el Santo Padre.
“Esta es la ‘hora’ en la que a nosotros, hombres y mujeres de todos los tiempos, se nos ha donado el amor más fuerte que la muerte. Nos encontramos bajo la cruz en la que está clavado el Hijo de Dios para que con el poder que el Padre le ha dado por encima de todo ser humano dé la vida eterna a todos los que le han sido confiados,” agregó el Pontífice, hablando pausadamente en la fría y lluviosa noche romana.