En audiencia con los obispos de los Países Bajos reunidos en visita “ad limina”, el Papa Juan Pablo II manifestó su esperanza en que “sobre todo los fieles laicos, se empeñen en dar testimonio de su fe llevando la luz del Evangelio a los diferentes sectores de la vida social”.
“Que demuestren la grandeza y belleza de la familia, la dignidad inalienable de todos los seres humanos en cualquier situación, así como en las cuestiones éticas suscitadas por el progreso tecnológico o las presiones económicas, y que sean testigos de los valores cristianos que han contribuido a forjar la Europa de hoy”, pidió el Papa.
En su discurso, que giró en torno a temas preparados por los prelados en sus informes, el Santo Padre lamentó el ataque frontal sufrido por la Iglesia durante décadas de parte del “intenso fenómeno de secularización” y que “desgraciadamente sigue caracterizando a la sociedad holandesa”.