Mons. Hubert Constant, Arzobispo de Cap Haitien y Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, describió que la situación actual en la nación caribeña es una "pesadilla y desastre", aun después de la salida del ex presidente Bertrand Aristide.
En un mensaje enviado a la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada, el Prelado explicó que "la peor violencia" ocurrió en Puerto Príncipe: saqueos, incendios intencionados y ejecuciones, pero también en la región del Norte, alrededor de Cap Haitien y Fortaleza-Liberté.
Los disturbios, que estallaron el 10 de febrero para derrocar al presidente Aristide, dejaron muertos, oficinas públicas saquedas y tiendas incendiadas.