Fallo para desconectar a niña de 5 años en coma es una tragedia, lamentan providas

6 de abril de 2021 / 08:16 PM

El grupo provida Sociedad para la Protección de los Niños no nacidos (SPUC, por sus siglas en inglés) calificó de "tragedia" el fallo de la Corte Suprema del Reino Unido que ordena desconectar el soporte vital de Pippa Knight, una niña de cinco años que está en coma desde hace tres y cuya madre no ha dejado de luchar para defender su derecho a vivir.

El líder del grupo provida, John Deighan, dijo que Paula, la mamá de Pippa, "ha sido un ejemplo heroico de madre amorosa y queremos apoyarla. Ella tiene el derecho a esperar que nuestra sociedad atesore a toda personas sin importar sus condiciones de salud".

SPUC indicó que la familia estaba considerando buscar asilo en Canadá, "donde hay posibilidad de seguir un tratamiento".

La batalla legal de Paula por su hija Pippa concluyó en Londres el 2 de abril, cuando la Corte Suprema rechazó atender la apelación del fallo que ordena desconectar el soporte vital de la niña.

Pippa nació en 2015 y en diciembre de 2016 comenzó a tener convulsiones. Los médicos diagnosticaron encefalopatía necrotizante aguda, una enfermedad muy rara que afecta al cerebro.

Luego que los especialistas del Evelina London Children's Hospital dijeron que debía retirarse el soporte vital, el caso fue a la Corte Superior, que emitió su fallo el 8 de enero de 2021.

En febrero, el Anscombe Bioethics Centre en Oxford indicó que el razonamiento ético detrás de la decisión de la corte era "profundamente errado".

El director del centro, David Albert Jones, comentó que el caso se asemeja al de los pequeños Charlie Gard, fallecido en 2017, y Alfie Evans, fallecido en 2018, a quienes se retiró la ventilación en contra de la voluntad de los padres.

Jones dijo que retirar el soporte vital podría justificarse si este ya no sirve a su propósito o si es una "carga excesiva".

Sin embargo, "retirar el soporte vital cuando este es beneficioso y no una carga indebida no es sino abandono", lamentó.

Señaló que "incluso, si el retiro del tratamiento fuese justificable, es importante que la decisión se tome por las razones correctas. En el caso de Pippa Knight, como en los otros dos anteriores, el razonamiento ético está profundamente errado".

En febrero la madre de Pippa pidió a los jueces de apelaciones que reviertan el fallo de la Corte Superior. Dijo que su hija debía salir del hospital para ser atendida en casa con un ventilador portátil.

Los tres jueces de la Corte de Apelaciones ratificaron el fallo de la Corte Superior el 19 de marzo.

Tras la ratificación, Paula Parfitt dijo estar "nuevamente devastada como resultado del fallo de la Corte de Apelaciones, de mantener la decisión de que no es el mejor interés de Pippa tener una prueba de dos semanas con ventilador portátil para averiguar si puede venir a casa".

Paula dijo que buscaría que el caso llegue a la Corte Suprema porque quiere que Pippa "tenga todas las posibilidades de venir a casa y estar con su familia". El 2 de abril la corte rechazó su pedido.

Mons. John Sherrington, Obispo Auxiliar de Westminster y vocero del episcopado inglés para temas provida, dijo que "Pippa vive en una condición compleja debido a su extraña condición médica".

"La Iglesia Católica enseña que toda persona es digna y eso es independiente de su condición. La falta de conciencia no disminuye el valor de la persona", resaltó el Prelado.

El Obispo dijo que reza por la niña, su madre y los profesionales de la salud que cuidan a Pippa.

"Tenemos que asegurar que se le dé el cuidado adecuado mientras esté con vida, pese a la grave enfermedad o discapacidad", resaltó Mons. Sherrington.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA