Al presidir el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre reflexionó sobre la Cuaresma que comenzó el miércoles y pidió que este tiempo se convierta en una “carrera de solidaridad” con los niños más necesitados.
En el primer domingo de Cuaresma, el Papa recordó que en su mensaje para este tiempo “he querido recordar en particular a los niños, que con frecuencia son víctimas inocentes de la malicia de los hombres”.
“La Iglesia les presta una particular atención porque el mismo Cristo nos dice que «el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe”, explicó el Papa y pidió “que este período del año litúrgico se transforme en una generosa carrera de solidaridad hacia los más pequeños, especialmente aquellos que se encuentran ante los más graves peligros y dificultades”.