Al recibir a los obispos de Besançon junto con el Arzobispo y Obispo Auxiliar de Estrasburgo, el Papa Juan Pablo II resaltó la necesidad de trabajar firmemente por la integración europea, que sólo se logrará rescatando “los valores antropológicos morales y espirituales cristianos” de Europa.
El Pontífice subrayó que no han sido los intereses políticos o económicos, ni las alianzas de conveniencia, los que han forjado los lazos entre los pueblos, sino que los cimientos de una Europa unificada son los valores comunes de todos.
“De ahí nacerá una Europa cuya identidad repose en una comunidad de valores, una Europa de la fraternidad y la solidaridad” que busca “ la promoción del ser humano, el respeto de los derechos inalienables y del bien común”, añadió el Papa.