El Papa Juan Pablo II hizo un sentido llamado a hacer cotidiana la vida cristiana, reforzar la formación de los creyentes y transmitir la fe íntegramente, al recibir a un grupo de obispos franceses en visita ad limina.
El Santo Padre abordó el secularismo que afecta a Francia y muchos países del mundo, manifestó su preocupación y subrayó la necesidad de una evangelización renovada en muchos lugares e incluso pidió una “primera proclamación del Evangelio” para algunos casos.
Ante los obispos franceses de la provincia de París y el ordinario militar, el Santo Padre explicó que la secularización “es comprendida con frecuencia como un rechazo en la vida social de los valores antropológicos, religiosos y morales que la han marcado profundamente”.