Jesse Martínez, un paciente de COVID-19, golpeó a un anciano católico hasta matarlo con un tanque de oxígeno en el Hospital Antelope Valley en Lancaster, California (Estados Unidos), porque lo vio rezar.
A fines de diciembre de 2020, las autoridades locales señalaron que Martínez sería procesado por asesinato, abuso de ancianos y delitos de odio motivados por la religión.
La víctima, David Hernández-García, un católico latino de 82 años, era residente de Lancaster, un suburbio al norte de Los Ángeles en California. El anciano estaba siendo tratado por una infección por COVID-19 y compartía habitación con Martínez en el hospital local, señaló el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles en un informe.