3 de diciembre de 2020 / 01:43 PM
Francisco José Contreras mostró en el Congreso de los Diputados de España el crucifijo que llevaba en el pecho su tío abuelo, el P. Rafael Contreras Leva, antes de morir despedazado con un hacha en Baena, Córdoba (España) durante la persecución religiosa de la Guerra Civil.
Este sacerdote es uno de los 127 mártires cuya beatificación fue aprobada el pasado 23 de noviembre por el Papa Francisco.
"Tanto él como los 80 rehenes fueron muertos por lo que eran, no por lo que habían hecho, porque no habían hecho nada. Se les mataba por ser de derechas, por ser católicos. Igual que el obispo de Barbastro, Florentino Asensio, a quien se le cortaron los testículos a lo vivo y se le dejó agonizar atrozmente durante horas", explicó el diputado de Vox.