Un estudio de la University College Dublin reveló que los efectos del divorcio son más dañinos para los hijos que la muerte de uno de los progenitores.
La investigación demostró que los hijos de padres divorciados o separados son más propensos a sufrir una depresión, tener problemas en la escuela, y desarrollar menos habilidades sociales en comparación con otros niños. Sin embargo, su resultado más sorprendente es que la sensación de pérdida que se experimenta como resultado de un divorcio es mayor que la experimentada con la muerte de un padre.
En una entrevista con el Irish Examiner, la autora de la investigación, Patricia Casey, aseguró que los niños sí sufren por la separación y el divorcio; y señaló que su intención es corregir la idea difundida de que la separación es una alternativa positiva para las parejas que atraviesan por un matrimonio “malo”.