Tras la decisión de las autoridades provinciales de San Luis para expulsar a las congregaciones religiosas de las entidades dedicadas al cuidado de niños en riesgo, dejándolas en manos del Estado, la Iglesia local respondió con un comunicado que denunció esta medida por “desconocer la realidad e ir contra el sentido común”.
El comunicado –firmado por los Hermanos Terciarios Capuchinos, las Hermanas de la Consolación y las Hermanas del Divino Redentor– resalta el trabajo de las órdenes por promover “la integración familiar, buscando otras ‘familias alternativas’, cuando la de origen no era la indicada para el retorno de sus miembros”; y subraya que “las instituciones educativas no son un lugar de vida definitivo, sino transitorio en función de un proceso educativo y superador de una problemática especifica”.
Inspirada en el modelo de Jesucristo que quiso nacer en una familia humana, “la Iglesia promueve el desarrollo y fortalecimiento de las familias, llamadas a ser iglesia doméstica, donde padres e hijos, basados en una relación de amor, respeto y diálogo, afronten juntos el desafío de crecer como personas y aporten a la construcción de un mundo mejor”, afirma el texto.