La Conferencia Episcopal de España (CEE), a través del Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España, pidió oficialmente una ley de protección a la familia que evite la descomposición y las confusiones actuales que sufre esta institución.

La petición aparece en el documento aprobado en la Asamblea Plenaria del Episcopado Español del pasado noviembre y que el Obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la subcomisión de Familia de la CEE, Mons. Juan Antonio Reig, presentó recientemente.

Un diagnóstico preocupante

En la presentación del documento episcopal, Mons. Reig dijo que en el año 2002, por cada 100 parejas que se casan, otras 55,09 se separan o se divorcian. Cada vez los matrimonios duran menos: el 52 por ciento de los que se separan no alcanza los diez años de vida.

Según datos del Instituto de Políticas Familiares sobre el año 2002, cada cuatro minutos se separa o divorcia un matrimonio en España. Además, la ruptura familiar crece más rápidamente que los matrimonios. Así, entre los años 1996 y 2000, el ritmo de crecimiento de matrimonios fue del siete por ciento y el ritmo de crecimiento de rupturas llegó a 26 por ciento.

El documento sostiene que la natalidad de España es la más baja de Europa y del mundo. En el año 2002 fue de 1,26 hijos por mujer. La edad de maternidad es la mayor de Europa, y el País Vasco tiene la media de maternidad más alta: 32,17 años. Cada siete minutos se produce un aborto en España.

En el año 2002, el aborto aumentó en un 13,7 por ciento. En estos datos, no se suman los abortos provocados por la píldora del día después ni por los dispositivos intrauterinos.

Según los obispos, en la última década se ha producido un gran aumento de la esterilización quirúrgica. En una década, han aumentado en 20,29 las esterilizaciones de mujeres entre 45 y 49 años; 15,30 entre las de 40 y 44 años, y 10,50, entre las de 35 y 39 años. En cuanto a los hombres, ha aumentado en 4,8 de 45 a 49; 11,60, de 40 a 44, y 12,30, de 35 a 39. El documento agrega que “más de 70 mil españoles solicitan cada año someterse a una vasectomía para conseguir la esterilidad”.

Los obispos también denunciaron la presión de los grupos homosexuales, “que reclaman a modo de privilegio unos pretendidos derechos de unos pocos, erosionando elementos muy significativos de construcción de la sociedad que afectan a todos”.

Para el Episcopado español, equiparar lo que es matrimonio con lo que no lo es, constituye “una evidente injusticia”, y pidió que se haga llegar a las esferas políticas la afirmación de esta clara diferencia, para vencer la “importante presión mediática”que actúa en sentido favorable a la equiparación.

“No se puede ser neutral en este campo porque está en juego la vida y el destino de tantas personas, así como el derecho que tienen las jóvenes generaciones a conocer la verdad del amor y de la sexualidad humana”, señala el documento.

Políticas de defensa de la familia

Para los obispos, han existido “políticas familiares insuficientes y equivocadas”, de lo que procede “un gran malestar en muchas personas que quedan heridas para siempre”, y denunciaron a los políticos de “falta de visión global”.

“Los poderes políticos -indica el documento- sólo han reaccionado con medidas muy parciales de asistencia a la familia al constar los efectos de la situación anterior, en especial del catastrófico ‘desierto o invierno demográfico’ en el que está sumido nuestro país. Se trata de un problema muy grave que ha amenazado la viabilidad de los seguros sociales y que sólo ha paliado, en parte, el fenómeno migratorio. Pero, sobre todo, es señal de una cultura cerrada a la vida y falta de esperanza”, señalaron los obispos.

Junto con la descripción del panorama actual que presenta la familia en España, los obispos indicaron que se ha de tener una política familiar que sea universal y no exclusivamente asistencial.

Asimismo, indicaron que se deben realizar políticas y medidas con “perspectiva de familia” y con un carácter “integral”, que abarque todos los aspectos de la vida del hombre, y no sólo el económico.

Después de criticar las actuales medidas implementadas como la “mediación familiar”, que según los obispos, lo que hacen es incrementar la ruptura familiar, se declararon partidarios de la promoción de los centros de orientación familiar.