Desde la Archidiócesis recuerdan unas palabras del mensaje de verano del Cardenal Carlos Osoro en las que insistía en "vivir con responsabilidad máxima al lado de los demás" y piden "a laicos, presbíteros y vida consagrada que sean cuidadosos y prudentes en este tiempo y que sigan las pautas higiénicas y organizativas en los templos".
Por eso insistieron en que además de controlar el aforo "debe garantizarse siempre la distancia de seguridad, es obligatorio el uso de mascarilla, como lo es en toda la comunidad, las pila de agua bendita continúan vacías y se ofrece gel desinfectante".
Además, subrayan que "el facultativo gesto de paz ha sido sustituido por uno sin contacto; la comunión se recomienda en la mano; se evitan los coros, reduciendo la música a un solo cantos; no se distribuyen hojas parroquiales ni ningún otro objeto y el cestillo de la colecta no se pasa durante el ofertorio sino a la salida de la Misa".