Este viernes se conoció la historia de Tomasito, un niño argentino que padecía de cáncer y quería estar cerca del Papa Francisco. Su deseo se cumplió por voluntad del Santo Padre, pues luego de fallecer, sus restos fueron depositados en el Cementerio Teutónico del Vaticano.
Según informó este viernes el diario italiano La Stampa, el Santo Padre confirmó que conoció a este pequeño cuando aún era Arzobispo de Buenos Aires, por medio de su vicario general, Mons. Joaquín Mariano Sucunza.
"Fue en 2004 cuando apareció este chico de dos años, sobrino de quien sigue siendo mi secretaria, con un tumor en el hígado. Era un chico muy especial, muy intuitivo, que salió adelante hasta que con la adolescencia explotó de nuevo la enfermedad... Lo acompañé mucho", compartió por su parte Mons. Sucunza al diario argentino La Nación.