Esta mañana en el Estadio Olímpico de Riobamba, al sur de Quito y al este de Guayaquil, fue proclamado beato el P. Emilio Moscoso, sacerdote jesuita asesinado por odio a la fe por revolucionarios, a fines del siglo XIX.
Según recoge Vatican News, en la homilía de la Misa, el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, destacó que el Beato Emilio Moscoso fue un "apóstol generoso, dócil, manso y dispuesto al sacrificio".
"El suyo era un ardiente deseo de identificarse con Jesús, incluso en su muerte, hasta el punto de asociar su sacrificio al de Cristo en la cruz".