Con la muerte del Cardenal Jean-Louis Tauran el 5 de julio, la oficina del camarlengo está vacante. Una posición delicada, sobre todo en el período comprendido entre la muerte de un Papa y la elección de su sucesor; por ello, la Iglesia espera la nominación de un nuevo camarlengo por parte del Papa Francisco.
El camarlengo es uno de los dos funcionarios principales de la Curia Romana que no pierde su cargo mientras el papado está vacante. Durante este periodo administra las finanzas y las propiedades de la Iglesia.
Sin embargo, Francisco podría hacer lo mismo que el Venerable Pío XII, que 1941 decidió no nominar un nuevo camarlengo a la muerte del Cardenal Lorenzo Lauri.