La Santa Sede pidió a la comunidad internacional un nuevo impulso a la aplicación de las medidas contra el cambio climático recogidas en el Acuerdo de París.
En su intervención ante la 31ª Conferencia Regional de la FAO en Europa, el Observador Permanente de la Santa Sede ante este organismo de la ONU, Mons. Fernando Chica Arellano, señaló que los graves efectos sociales y económicos del cambio climático ya empiezan a hacerse notorios en numerosas poblaciones vulnerables, por lo que solicitó "un compromiso concreto y no sólo buena voluntad".
Advirtió contra la irreversibilidad de la destrucción de los ecosistemas, que podría traer consecuencias dramáticas para las poblaciones locales. "Descuidar o incluso modificar de modo definitivo los delicados equilibrios de ecosistemas como la agricultura, la pesca y los recursos forestales puede convertirse en un camino sin retorno que haga aún más arduo sostener los esfuerzos para socorrer a las personas marginadas", señaló