El Papa Francisco animó a los jóvenes a evitar la "enfermedad del espejo" que lleva a caer en el narcisismo de "contemplarse a uno mismo e ignorar a los demás", e hizo un llamado a romper con esa dinámica destructiva: "¡Rompan el espejo! ¡No se miren en el espejo, porque el espejo engaña!".
En una audiencia que concedió en el Aula Pablo VI del Vaticano a miembros de la Comunidad Católica Shalom, el Santo Padre se dirigió a los jóvenes y los invitó a dejar de centrarse en uno mismo e ir hacia fuera, "hacia la alegría de vivir por Dios y para Dios".
En respuesta a Justine, una joven de 25 años que recibió el Bautismo durante el Jubileo de la Misericordia y que contó su testimonio junto a otros 2 jóvenes, Francisco señaló que el egoísmo que promueve la cultura de hoy es la principal fuente de tristeza, una tristeza que tiene su origen en la "autorreferencialidad", que consiste en "vivir en uno mismo".