"El Papa 'se hizo el Párroco': con gran simpleza se entretuvo con las familias, bendijo una docena de apartamentos que componen el condominio de la Plaza Francisco Conteduca 11, dejando como regalo el rosario. Bromeando, quiso disculparse por la molestia, asegurando que respetó el horario de silencio en el cual los condominios reposan después del almuerzo, como señala el cartel colocado al ingreso del condominio", relató.
Ostia, que pertenece al municipio de Roma, tiene cerca de 100 mil habitantes y acoge "una vivaz comunidad de fieles" que vive también una realidad difícil, tal como ocurre en las periferias.
En ese sentido, explicó el Vaticano, "la parroquia y el pequeño campo de fútbol adyacente, se convierten con frecuencia en un punto de referencia para la comunidad y constituyen un punto de arribo para estas realidades sociales y existenciales que, experimentando formas de exclusión, permanecen en la marginalidad".
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