En el marco de la 103 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los obispos alentaron a responder al sufrimiento de los migrantes, fomentando una vida digna y luchando contra la corrupción en el país.
En un comunicado difundido el 27 de abril, con el título "¡El grito de los migrantes es nuestro grito!", los obispos mexicanos aseguraron que "escuchamos en el sufrimiento del migrante la voz de Dios que, como un grito, llama a nuestro corazón y nos invita a la acción".
Ese grito, señalaron, es el "de los que empujados por la pobreza o la violencia abandonan su hogar para trabajar honradamente y contribuir al desarrollo del país al que han llegado, pero que, desde el camino, y aún en su destino, son obligados a vivir en las sombras, sufriendo soledad, maltrato, racismo y explotación".