El Papa Francisco alentó a seguir el ejemplo del Papa San Juan Pablo II y de Santa Faustina Kowalska, a quienes se refirió como "luminosos testimonios" de la Divina Misericordia.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso a los miembros de la Fundación Juan Pablo II en la audiencia que les concedió el 21 de octubre de 2016 en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano.
Francisco afirmó que "el Año jubilar que estamos terminando nos permite reflexionar y meditar en la grandeza de la Divina Misericordia, en un tiempo en el que el hombre, en razón de los progresos en varios campos de la técnica y de la ciencia, tiende a sentirse autosuficiente, como si estuviese emancipado de toda autoridad superior, creyendo que todo depende de sí mismo".