Además, el Arzobispado ha presentado una denuncia y ha calificado estos hechos como "acto vandálico" que atenta contra el patrimonio y que suponen una "apología de un acto terrorista".
El explosivo que los chilenos Solar y Caballero colocaron el 2 de octubre de 2013 en la Basílica estaba compuesto por una bombona de butano, dos kilos de pólvora y un reloj activador. Lo detonaron en la nave central.
Años atrás ambos fueron juzgados en Chile por una serie de atentados pero quedaron en libertad, mientras que en España han sido juzgados por Audiencia Nacional también por pertenencia a organización terrorista como integrantes del Comando Insurreccionsita Mateo Morral, que forma parte de los Grupos Anarquistas Coordinados (GAC) y la Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional (FAI/FRI).