"Me desesperé. Comencé a levantarme a la madrugada, cerraba las puertas, me quedaba solo con el cuadro de Brochero y le rezaba. Puse a Camila en sus manos y, créame, créame me imaginé esas manos duras y ásperas por el trabajo y el manejo de las riendas. Le pedí que él ponga a Camila en manos de la Purísima, como llamaba a la Virgen. Este viejo pelado que soy rezó dos veces seguidas la novena que venía en ese libro; dieciocho días en total. Y coincidió que terminando la segunda novena a Camila la sacaron de la terapia intensiva y pasó a intermedia", narró el abuelo de la pequeña.
Camila inició entonces un proceso de recuperación acelerado y se le dio de alta en diciembre de ese año. En enero del 2014 volvió a caminar y dos meses después le colocaron una placa en la cabeza y quedó en perfecto estado.
Por su parte Marina, abuela de la niña, dijo que para la familia "hay sentimientos encontrados porque Brochero es santo y eso es alegría para el mundo, alegría para los cordobeses, pero hizo falta una situación difícil, complicada como la que se vivió".
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