En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta donde reside, el Papa Francisco reflexionó sobre la importancia de vencer la rigidez y la testarudez para abrir el corazón a la misericordia de Dios.
Antes de dirigirse a las sesiones del Sínodo, el Santo Padre celebró la Eucaristía en la que meditó en la primera lectura, tomada del libro de Jonás, sobre la ciudad de Nínive que se convirtió gracias a la predicación del profeta.
Jonás no comprende la misericordia del Señor y le reclama. Su historia, explica el Pontífice, puede comprenderse en tres capítulos: el primero "es la resistencia a la misión que el Señor le confía", el segundo "es la obediencia y cuando se obedece se hacen milagros. La obediencia a la voluntad de Dios y Nínive se convierte" y el tercero es "la resistencia a la misericordia de Dios".