"Creo que se presupone que esta inclusión solo puede hacerse en parroquias con posibilidades económicas, que no es lo que ocurre en realidad", afirma Melissa Sloan, cuya hijo Eddie, está en primero de primaria en la escuela de Saint John the Evangelist y tiene síndrome de Down.
"Incluso sin mucho dinero se puede ayudar a organizaciones como CCSE, se puede llevar a cabo en parroquias que no son especialmente adineradas", añadió.
Hay un trasfondo cristiano en no separar en las escuelas a los estudiantes por sus capacidades o dificultades, sino que estén todos juntos.
Encontrar a otros con ciertas habilidades y discapacidades es realista, y es como se supone que debemos vivir, asegura Lavallee.
"Dar la impresión de que sólo pueden tratar con personas altamente cualificadas o con las mejores calificaciones académicas, y hacerles pensar que ése será el mundo con el que tendrán que tratar es un mal servicio para cualquier persona".
En la educación católica hay una noción de ayuda a alcanzar el potencial de cada persona para servir al Señor, apunta Pellegrino. "En algunos aspectos, los niños con discapacidad no se les presupone capacitados".
"La gente dice, "oh, él no puede hacer esto o lo otro". Bueno, hablemos de lo que él sí puede hacer, porque todos tenemos nuestros dones", insistió.
Otro aspecto positivo de que los niños vayan a escuelas católicas es que terminan por evangelizar a sus padres. "Como padres de hijos que van a escuelas católicas, nosotros todavía estamos creciendo en nuestra fe", asegura Neil, padre de Eddie Sloan. "Poder ir a una escuela católica mantiene a la familia más involucrada en la parroquia".
CCSE querría tener una repercusión a nivel nacional, especialmente en la Conferencia Episcopal Estadounidense. Pellegrino espera poder reunirse pronto con los obispos y con la Asociación Nacional de Educación Católica para hablar sobre "cómo podemos realmente sacar esto adelante".
Actualmente "no hay una autoridad central en temas de educación especial católica", apuntó.
"También espero más de los pastores, los obispos tienen la oportunidad de mirar más de cerca y ver esta parte de su rebaño y lo que pueden hacer para promover la inclusión", agregó. Cuando el Papa Francisco animó en el pasado a los sacerdotes y obispos a "oler a oveja," según afirma: "estas son las ovejas".
Traducido por Blanca Ruiz y publicado originalmente en CNA