Durante la Misa matutina en la Casa Santa Marta el Papa Francisco reiteró su llamado a los fieles a no ser cristianos tibios, que hacen "el papelón" de querer el cielo y la tierra, que siguen a la vez a Jesús y a la mundanidad; y advirtió que las tres cosas, los "tres escalones" que alejan a las personas del Señor son "las riquezas, la vanidad y el orgullo".
"Seguir a Jesús desde el punto de vista humano no es un buen negocio: es servir. Lo dijo Él, y si el Señor te da la posibilidad de ser el primero, tú debes comportarte como el último, es decir en el servicio. Y si el Señor te da la posibilidad de tener bienes, tú debes comportarte en el servicio, o sea por los demás. Son tres cosas, tres escalones que nos alejan de Jesús: las riquezas, la vanidad y el orgullo. Por esto las riquezas son tan peligrosas, porque te llevan inmediatamente a la vanidad y te crees importante. Y cuando te crees importante te la crees y te pierdes", señaló el Santo Padre.
En su homilía, Francisco reflexionó sobre la pregunta de Pedro a Jesús, acerca de "qué habrían recibido los discípulos al seguirlo, una pregunta planteada después de que el Señor había dicho al joven rico que vendiera todos sus bienes en favor de los pobres".