Ante más de seis millones de fieles reunidos en el Parque Rizal en Manila (Filipinas), el Papa Francisco pronunció una intensa homilía en la que habló sobre la necesidad de ser como el Niño Jesús y en la que explicó cómo opera "el padre de la mentira", el demonio.
El Santo Padre explicó que los filipinos tienen una especial vocación, la de ser los evangelizadores de Asia. Esa misión, alertó sin embargo, se ve amenazada con el pecado por el cual "el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción".
"A veces, cuando vemos los problemas, las dificultades y las injusticias que nos rodean, sentimos la tentación de resignarnos. Parece como si las promesas del Evangelio no se fueran a cumplir; que fueran irreales. Pero la Biblia nos dice que la gran amenaza para el plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha sido, la mentira".