La persecución, las amenazas y los peligros a los que se enfrentan los fieles católicos en Siria son cada vez más complejos. Sin embargo, eso no impide una serie de importantes iniciativas para seguir anunciando el mensaje del Evangelio aunque eso implique arriesgarlo todo.
Este viernes 31 de octubre, unos 50 religiosos y religiosas católicos de la región de Damasco y de 16 congregaciones e institutos de vida consagrada diferentes han participado en una reunión con el Obispo Georges Abou Khazen y con el Arzobispo Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria.
La reunión, que se ha llevado a cabo en el monasterio franciscano del barrio de Bab Tuma, en el casco antiguo de Damasco, ha servido para discutir sobre los temas más urgentes para la vida religiosa en la actualidad, marcada por los conflictos y el aumento de la pobreza que azotan al pueblo de Siria desde hace más de tres años.