El Papa Francisco presidió este lunes en la Catedral de Myeong-dong la Misa por la paz y la reconciliación, donde aseguró que la ansiada unidad en la península coreana -dividida por la guerra-, y que parece imposible para los hombres, es algo "posible y fructífero mediante la fuerza infinita" de la Cruz de Cristo.
"Mi visita culmina con esta celebración de la Misa, en la que imploramos a Dios la gracia de la paz y de la reconciliación. Esta oración tiene una resonancia especial en la península coreana. La Misa de hoy es sobre todo y principalmente una oración por la reconciliación en esta familia coreana", afirmó el Santo Padre ante las más de mil personas reunidas en la Catedral.
En su homilía, Francisco recordó la promesa de Dios al pueblo de Israel de restaurarle la unidad y la prosperidad. "Esta promesa nos llena de esperanza: apunta a un futuro que Dios está preparando ya para nosotros", aseguró a los coreanos, entre los cuales estaban cinco refugiados y otras 30 personas -entre sacerdotes, religiosas y laicos- originarios de Corea del Norte, así como siete mujeres que durante la Segunda Guerra Mundial fueron obligadas a prostituirse por el ejército japonés.