Carlos Álvarez, portavoz de Vida Digna, afirma que "se trata de un proyecto similar al existente en Aragón, Andalucía y Navarra que incluye prácticas eutanásicas como la exigencia del derecho de sedación -independientemente de que esté o no indicada desde el punto de vista médico- y el derecho a no sufrir obstinación terapéutica".
Álvarez precisa que "al no diferenciar medidas extraordinarias de soporte vital, como puede ser la ventilación mecánica, de los cuidados ordinarios básicos como la hidratación y nutrición, queda abierta la puerta a acabar con la vida del paciente privándole de comida o bebida. Igualmente, la voluntad del paciente prevalece sobre la buena práctica médica, algo que nos pone en peligro a todos porque favorece a los malos profesionales".
"Por si fuera poco, los pacientes podrán ser considerados en situación de 'incapacidad de hecho' quedando a merced de la decisión del médico que los atiende y de sus familiares, otorgando al médico el poder último de cómo y cuándo pueden inducirse sedaciones o retiradas de soportes vitales. Con ello, la confianza en el profesional hasta el final no está garantizada. No hay que olvidar que en Andalucía ya se retiró la alimentación a una mujer enferma por orden de la Junta", alertó el portavoz de Vida Digna.