"¡No más guerra! ¡No más destrucción!", clamó el Papa Francisco ante miles de fieles reunidos para la audiencia general, ante quienes expresó su profundo dolor por el reciente asesinato de un anciano sacerdote jesuita holandés en Homs, Siria.
El Santo Padre dijo que en esa convulsionada nación "hay que respetar los derechos humanos, atender a la población que necesita ayuda humanitaria y llegar a la deseada paz a través del diálogo y la reconciliación".
Sobre el asesinato del P. Frans van de Lugt, el Papa señaló: "mi hermano jesuita, holandés de 75 años, que llegó a Siria hace casi 50 y que se ha comportado siempre bien con todos, con gratitud y amor, y por eso era una persona amada y estimada por cristianos y musulmanes".