La prensa brasileña destacó hoy la austeridad que caracteriza la habitación del Papa Francisco, hospedado en la Casa Sumaré, y que refleja la sencillez y la humildad que desde un inicio ha caracterizado este pontificado y en general el ministerio del que fue antes el Arzobispo de Buenos Aires.

La recámara que ocupa el Santo Padre durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), tiene una cama sencilla, una mesita de noche con un teléfono y un pequeño escritorio. Al centro y sobre la cama, como se aprecia en la foto que acompaña a esta nota, se ha colocado un crucifijo.

Mientras fue Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio vivió en un pequeño departamento, en vez de usar la residencia arzobispal. Además era común verlo tomando el bus y el metro, y cocinar su propia comida.

La Casa Sumaré es además el lugar en el que, del 2 al 5 de octubre de 1997, estuvo alojado el Beato Papa Juan Pablo II cuya canonización -junto con la del Beato Papa Juan XXIII- ya ha sido aprobada por Francisco. Ese viaje lo realizó el Papa peregrino en ocasión del II Encuentro Mundial de las Familias.

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